Henri Becquerel y la radioactividad


Antoine Henri Becquerel, nació en París (Francia) en el año 1852. Este hombre ya poseía el innato gen de la ciencia en su interior. Su padre inventó la fosforoscopia y su abuelo también fue co-fundador de la electroquímica. Doctorado en ciencias, fue profesor en el museo de historia natural francés. En 1894 es nombrado jefe de los ingenieros de caminos franceses. Sus experimentaciones le hicieron interesarse por la rotación de la luz polarizada a causa de los campos magnéticos, los rayos X de Wilhelm Röntgen (1895) y la estimulación de cristales fosforescentes con luz infrarroja. Todo ésto sería un preámbulo para su gran descubrimiento científico. Becquerel ya en estas fechas contaba con un alto nivel de prestigio, figurando en las más importantes sociedades científicas de todo el mundo.

La Radioactividad (1896):
Durante sus experimentaciones con la fluorescencia, y de forma casi accidental, observó que las sales de uranio emitían radiaciones capaces de atravesar elementos sólidos, ser plasmados de forma fotográfica, ionizar el aire, y ser sensibles a los campos eléctricos y magnéticos (esta última propiedad marcaba su diferencia respecto a los rayos X). Descubrió también que era una propiedad exclusiva en los átomos de uranio. Esta propiedad actualmente es conocida con el nombre de radioactividad. En 1903 recibió el Premio Nobel (compartido) de Física por su importante descubrimiento. El científico murió a los 55 años en Le Croisic (Francia).

Becquerel en la actualidad:
Los beneficios de la energía nuclear han sido mermados en la conciencia popular debido a sus terribles problemas. Es bien cierto que gracias a este descubrimiento todos tenemos energía eléctrica asequible en nuestros hogares, pero su limitada capacidad de control sobre ella, los importantes residuos con infinita capacidad contaminante, y sus apocalípticos efectos nos obligan a investigar mucho más al respecto. Si somos capaces de emplear esta energía, también tenemos la obligación de averiguar el modo de acabar con sus fatales residuos y problemas. La ciencia es capaz de hacerlo, pero por el momento, y muy triste es el afirmarlo, es más rentable la investigación en otros campos, lo que resulta increíble, ya que un simple fallo en una central nuclear podría acabar con la vida en la Tierra tal y como la conocemos, o incluso con la humanidad. La relación entre el cáncer y la radioactividad está totalmente demostrada. Por el contrario, en la energía nuclear, también se hallan muchos de los misterios de la creación y expansión del Universo, las estrellas y claro, la vida.

Frases celebres de Antoine Henri Becquerel
  • El defecto de la igualdad es que la queremos sólo con los de arriba.
  • La rapidez de decisión es a menudo el arte de la crueldad oportuna.

Más información sobre Henri Becquerel en —Wikipedia